martes, 20 de abril de 2010

El hecho de que la misma es la tiniebla que existe en nosotros

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Hay dos formas de escapar. Escapar sin propósito y escapar con un propósito. A la primera se la llama flotar, y a la segunda volar. En ambos te terminas hundiendo un poco más en tu propia verdad mientras el mundo desaparece a tus pies.

Subo el volumen, sonrío y asiento con la cabeza. Finjo una danza de olvido, mientras contemplo la realidad más fantasiosa. Hay una cosa llamada el grupo inconsciente, es una forma de pensar que el estanque muy dentro de la mente de todos es el mismo. Es el almacén de todo el egoísmo de este mundo.
Por el cielo intento vivir inmersa en el ensordecedor silencio, ya que es lo único que me devuelve algo a cambio:

A veces es un encuentro de
melodías, mientras esbozo una sonrisa y mis pupilas comienzan su danza matutina y mis manos componen con el crujido de las hojas entre mis dedos.
Otras, me regala un
tiempo que no me pertenece, mientras me camuflo con el paisaje y me pierdo entre sus páginas.
Suele ofrecerme
nubes espesas, de un peso invisible pero que se expande hasta cubrirme por completo y dejarme fuera del encuadre
Por ultimo, me revela sueños con sabor a canela, intensos, dulces y excitantes.

Envolviendolo todo en un perfecto paquete, como si fuece una brisa que todo lo renueva. Cada cosa en su sitio. Un sitio para cada cosa
.


Como me hubiera gustado que este espiral fuera una paradoja let it play