martes, 27 de diciembre de 2011

el cómplice de los moviles

0 comentarios
Dormiré y perderé irremediablemente un tiempo precioso e irrecuperable. Es la pérdida inexorable de los recuerdos de toda una vida. De los momentos únicos, de las sonrisas, de los amantes, de los amores. Es la pérdida de la identidad, la pérdida de uno mismo. Un recuerdo de sonrisa hueca.

Estoy aprendiendo a guiarme por el rechinar de mis huesos. De esa manera espero que el sonido rebote contra algo y regrese a mi oído, distinguiendo, incluso, la textura de algunos objetos según lo distorsionados o amortiguados que se me devuelven, y nuestras almas entrecruzan los dedos, palma contra palma, en el reflejo del espejo.

Quizás mañana ya sólo quede de mí una curva, mientras el resto fabricara lágrimas que me harán cosquillas.

viernes, 4 de noviembre de 2011

a darse...

0 comentarios
Uno debería tratar al arte como al amor: pensar menos, sentir más.

Soy de las que constantemente se dedican a observar a las personas. Me resultan fascinantes en todo sentido. Quiero entender como piensan, quiero saber que dicen cuando no hablan. Me detengo, los observo, tomo nota mental, creo un escenario con ellos, los transporto, los dibujo, los altero constantemente. Creo que esto constituye uno de mis grandes placeres.
Eso y el arte...Pienso que es la musica una de las unicas formas de arte que considero capas de traspasar fronteras, comunicar constantemente, maravillar, sorprender, etc. El todo es musica, la musica lo es todo.
Es el fiel reflejo del alma del ser humano.
Todos somos músicos, pintores, escritores, todos somos artistas, lo llevamos dentro. El único problema es el miedo al fracaso, el miedo a uno mismo, el temor a sentirnos expuestos, desnudos, que nos cuestionen, que nos califiquen. Ah! Pero si pudiéramos actuar como los niños, sentirnos aventureros, sentirnos inmortales, sentir amor, sentir…sentir… de eso se trata. De darnos constantemente, de entregarnos a esos pequeños grandes placeres sin pensar.

Tal vez la felicidad se encuentra en las cosas que no planeamos, en las situaciones que no vemos venir y que de repente logran arancarte una sonrisa, un llanto, un dolor: ese aroma que te recuerda a alguien, esa melodía que te alegra el día, el sonido de las hojas en otoño que te hacen cosquillas.

Si el motor de nuestra vida fuese el amor, dejaríamos entonces de racionalizar todo, dejaríamos de medir el tiempo, de limitar la vida, de reprimirnos. Dejariamos...nos dejariamos. 




domingo, 2 de octubre de 2011

....a la mierda

0 comentarios
Hace mucho que no escribo…creo que fueron tantos los eventos que me sucedieron desde entonces que no supe como bajarlos al papel sin que tengan como resultados un resumen sin sentido. Quizás debería dejar de pensar tanto y simplemente escribir exactamente lo que siento en ese momento, con las palabras que sean…

Me preocupa el hecho que parte del proceso de crecer y reconocer errores se adquieran gracias a las malas experiencias, pero es así, y últimamente es una mala experiencia tras otra la que hace que yo adquiera una sabiduría superior y un desgaste emocional.

En este momento tengo la sensación de que la vida se me escapa de las manos. No tengo el control de nada, y para una persona que quiere controlar cada aspecto de su vida este efecto resulta demoledor.
Me encuentro con que no puedo ni siquiera reparar en lo que puede ocurrirme mañana. Tan inestable que el solo hecho de elegir gustos de helado puede llevarme un tiempo muy significante. No puedo tomar una sola decisión por mi misma porque en el momento que lo hago aparecen las mil y un contradicciones.
A eso le sumamos el hecho que estoy harta de la vida que llevo, estoy molesta con la gente que me rodea y sus ideales y estoy asqueada con mi propio reflejo.

Hace poco me dijeron algo que me quedo muy grabado y que en el día de hoy me resulta sumamente molesto: “hagas lo que hagas, tenes que dejar de pretender que el cambio es la respuesta. Podes viajar, podes decidir irte lejos, pero el problema que tenes te va a perseguir siempre. Al menos hasta que decidas enfrentarlo
Enfrentar….
No se si puedo, no se si quiero en verdad. Estoy tan acostumbrada a vivir con este “problema” que ya se me hizo rutinario. Deshacerme de el, no me resulta sensillo, menos que menos cuando siento que es lo único que puedo controlar

jueves, 3 de febrero de 2011

contradicción

0 comentarios
Últimamente siento que todo va rotando, que nada es constante. De la realidad a la luz, de la luz a la vida y de esta a la opacidad de las rutinas y los estruendos cotidianos que te van taladrando por dentro, cambiando de dirección tan repentinamente que a veces no comprendo donde me encuentro y hacia donde me dirijo.
Pero estoy perdiendo los miedos. Miedo de bailar estúpidamente, miedo al fracaso, miedo a la sonrisa cómplice, a la soledad, de volar y aterrizar de golpe, de reír y seguir soñando despierta, y por suerte estoy perdiendo el miedo de vivir y percibir mi propia existencia.

Así también descubro que me resulta tan fácil aislarme y sentir como las miradas de todos se desvanecen junto con sus palabras tan ensordecedoras....se me es tan pero tan fácil últimamente, que eso si me da miedo.